25

Nov

2025

Artículo

La investigación como herramienta viva de aprendizaje

La investigación dentro de la universidad tiene un valor que va mucho más allá de la generación de nuevos conocimientos. Es, ante todo, un método para formar profesionales curiosos, críticos y con la capacidad de transformar su entorno.

Por William Araujo Navarro. 25 noviembre, 2025. Publicado en El Tiempo

Cuando los docentes investigan, no solo enriquecen su propio quehacer académico, sino que llevan al aula experiencias reales, casos concretos y desafíos que muestran a los estudiantes cómo la teoría cobra vida frente a los problemas del mundo. Así, las clases dejan de ser simples exposiciones de contenidos para convertirse en espacios donde se analiza, se discute y se construyen soluciones colectivas.

Además, investigar desde la universidad significa mirar hacia fuera, hacia la realidad que rodea a la institución. Por ello, incorporar en los proyectos de investigación temas que respondan a problemáticas regionales o nacionales fortalece el compromiso social de la educación superior y demuestra su relevancia en el desarrollo del país.

En el caso de las ingenierías, por ejemplo, estudiar las características del suelo de una región, evaluar los riesgos asociados al cambio climático o analizar la respuesta sísmica de determinadas zonas no solo amplía el conocimiento técnico, sino que también genera soluciones concretas para las comunidades. De esa manera, la investigación universitaria se convierte en un verdadero puente entre la academia, la sociedad y el sector productivo.

Las consultorías especializadas que surgen desde la universidad representan una prolongación natural de este vínculo entre teoría e investigación aplicada. En ellas, profesores y estudiantes trabajan juntos en la resolución de problemas reales, ponen a prueba lo aprendido y adquieren nuevas competencias en el proceso. Este tipo de experiencias transforma la formación profesional: los estudiantes dejan de ser receptores pasivos de información para convertirse en protagonistas de su aprendizaje. Enfrentarse a la incertidumbre de un proyecto, interpretar datos reales o dialogar con actores externos son vivencias que fortalecen su conocimiento técnico y madurez profesional.

Un ejemplo especialmente claro se encuentra en la geotecnia, una rama de la ingeniería civil que estudia el comportamiento de los suelos y las rocas. Cuando los estudiantes participan en investigaciones sobre la estabilidad de taludes, el diseño de cimentaciones o el control de la erosión en zonas vulnerables, no solo aplican fórmulas, sino que entienden el impacto de sus decisiones sobre el entorno y las personas. Cada ensayo de laboratorio y cada visita de campo se convierten en oportunidades para unir ciencia y realidad.

En última instancia, la investigación universitaria no solo refuerza la docencia, sino que forma ingenieros y profesionales capaces de comprender su contexto, de actuar con responsabilidad y contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad.

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